Lo retro siempre vuelve y, no solo en la moda, un dicho que escuchamos con frecuencia y al que no le falta razón. A pesar de los adelantos de la vida moderna y de tener productos que nos hacen la vida más fácil, cómoda y, por supuesto, entretenida, todo aquello que nos recuerda al pasado despierta un halo de nostalgia en el ser humano que le empuja a querer revivirlo. Es un hecho del que no se escapan los amantes de los videojuegos.
Por eso, en pleno siglo XXI, inmersos en la era digital y de las nuevas tecnologías donde las máquinas evolucionan a un ritmo vertiginoso, son muchos los que echan la vista atrás y suspiran por aquellas máquinas arcade con las que pasaban muy buenos ratos allá por los años 80 y 90. Objetos de admiración de los que poco a poco os iremos contando anécdotas, curiosidades y detalles para aquellos que tenéis interés en viajar al lúdico pasado.
¿Por qué las conocemos como “Arcade”?
Es el término por el cual conocemos a estas máquinas recreativas de videojuegos que se ubicaban en lugares públicos de diversión como salones recreativos, restaurantes o centros comerciales. Este vocablo proviene del inglés y es una palabra con la que se designan a las galerías y soportales donde esas primeras máquinas solían colocarse. Con el tiempo, el término se le asignó a los juegos en sí mismos.
¿Quién no recuerda esas máquinas encajadas en muebles y con controles de diferentes formas y colores?. Siempre dependían del juego que se tratase y para poder jugar la partida había que introducir unas pesetas, la moneda de la época o fichas del propio local.
Allá por los años 70, cuando nacieron, fueron una gran revolución, llegando a ser considerados como la ‘prueba de fuego’ para poder mostrar todo el potencial gráfico de videojuegos o innovaciones. Entre esa década y la de principios de los años 80 ocasionaron un incremento espectacular de ventas, lo cual desembocó en la que sería conocida como la era dorada de los videojuegos arcade, caracterizada por el auge de los sistemas de hardware y el origen de sistemas basados en cartuchos de juegos múltiples. Además, tuvieron lugar estrenos como el de Pong (1972) y Space Invaders (1978). Leyendas del tiempo lúdico, del salir a la calle con cinco duros para echar unas partidas que más de uno seguro que tiene ganas de revivir y volver a jugar.